La gripe es una infección viral, esta afección es típica de la época invernal; pero no es el clima frío lo que la provoca aunque si contribuye, sino los virus que se introducen en nuestro organismo. Esto sucede mediante el contacto con las mucosas, es decir, cuando tenemos contacto con algo infectado y nos lo llevamos a la boca o por vía aérea cuando se introducen gotitas de agua muy pequeñas o por elementos de las secreciones.
Por lo tanto es importante contar con un sistema inmune fuerte y saludable.
El organismo se defiende constantemente de agresiones externas, así como del propio organismo y para que esta defensa se lleve a cabo disponemos del sistema inmune.
Para disminuir las posibilidades de contagiarnos el virus de la gripe debemos tomar algunas precauciones. No basta con evitar el contacto con las personas enfermas, objetos infectados que nos transmiten el virus, taparse la boca con un pañuelo o barbijo para no esparcir los virus y lavarse las manos regularmente.
Se debe estimular y reforzar el sistema inmune, orgánica y naturalmente para prevenir y combatir la enfermedad.
- Dormir lo suficiente, el descanso es fundamental.
- Reducir el estrés al máximo.
- Evitar e consumo en exceso de tabaco y alcohol.
- Llevar una alimentación adecuada.
Si nos alimentamos mal el sistema inmunológico no podrá luchar contra el ataque de microbios y virus. Si este se encuentra debilitado lo más seguro es que nos contagiemos.
Este tipo de afecciones es conocido por todos pero muy pocos toman recaudos para prevenirlas. Existen tres elementos fundamentales para tener un sistema inmune saludable.
Nuestro organismo necesita vitamina A para mantener en buen estado las mucosas en especial las que recubren el interior de los bronquios, para disminuir el riesgo de afecciones respiratorias además de estimular el proceso inmunitario. La carencia de esta vitamina aumenta la susceptibilidad a infecciones bacterianas, virales o parasitarias por su función de protección de las mucosas.
La zanahoria es el alimento más abundante en betacaroteno y antioxidante. Las hojas del nabo contienen una cantidad abundante de betacaroteno y además vitamina C y vitamina E. También lo contienen la remolacha, tomate, ciruelas, naranjas y las verduras de hojas como la espinaca, acelga, borraja.
El betacaroteno no se destruye con el calor, por lo que esta sustancia no se elimina con la cocción.
Algunos especialistas sugieren que el betacaroteno es más aconsejable que la vitamina C ya que esta se destruye con la oxidación y el calor. Con el consumo abundante de estos alimentos mejoraremos el estado de la mucosa bronquial.
Para obtener la cantidad suficiente de vitamina A es necesario consumir entre 2 o 3 piezas de fruta o verdura al día.
Los otros dos elementos son la vitamina C y el Zinc. Ambos son nutrientes esenciales que fortalecen el sistema inmunitario aumentando la cantidad de glóbulos blancos que se encargan de identificar y eliminar los virus; son antioxidantes y mantienen sanas las mucosas previniendo la gripe como también acelerando su curación. También ayudan a eliminar toxinas y a depurar la sangre.
Si se encuentran juntos potencian sus propiedades y actúan de forma sinérgica.
El Zinc si bien es un mineral comparte con la vitamina C, características químicas que permiten al organismo mejorar las defensas y eliminar más rapidamente a los virus y bacterias.
La vitamina C se encuentra en alimentos vegetales frescos, frutas cítricas y el tomate. Espinacas, papas, espárragos, arvejas y habas.
El Zinc lo encontramos en las carnes, hígado, huevos, levadura de cerveza, nueces, pescado, mariscos y la leche.
Como habrán observado son todas verduras y frutas de estación. Cada estación del año posee los alimentos que contienen las vitaminas y minerales que el cuerpo necesita para estar sano. La naturaleza es sabia…