Recientes investigaciones han demostrado que el repollo es una verdura muy rica en nutrientes y un poderoso antioxidante.
Es un alimento rico en vitaminas calcio, azufre y otros nutrientes.
Un poco indigesto, por su contenido de celulosa y una sustancia que hay en sus fibras que fermenta, provocando flatulencias, es sin embargo muy recomendable y dietético. Aporta sólo 25 calorías si se consume una porción cruda y 15 calorías, si está cocido.
El repollo siempre fue utilizado como un elemento terapéutico: los romanos lo usaban para combatir la melancolía y varias enfermedades, y aún hoy se emplea para combatir la bronquitis y el reuma. Pero sin duda, lo más importante es que su consumo habitual podría ayudar a prevenir pólipos, adenomas y tumores cancerosos, gracias a las sustancias que contiene:
Sulforafano y otras sustancias anticancerígenas como fitoquímicos y glucósidos.
Vitaminas: Betacaroteno (vitamina A), vitamina C y E. Posee vitamina K que es antihemorrágica útil en úlceras estomacales, varicosas y hemorragias nasales.
Una porción diaria (una taza) de repollo, aporta casi el doble de las necesidades diarias de vitamina A y casi toda la C y E.
También contiene Acido fólico, necesario en la dieta de las embarazadas.
Además, tiene un alto contenido de calcio, magnesio y azufre; este último mineral es fundamental para la piel y las articulaciones, le confiere un óptimo poder antibacteriano que ayuda a combatir infecciones de tipo respiratorio y dérmico.
Es un excelente protector de la mucosa gastrointestinal ya que ayuda a cicatrizar las úlceras y neutralizar la acidez (equilibra el PH). Es muy utilizado su caldo o en infusión como remedio casero para la gastritis, debido a su alcalinidad. También tiene propiedades depurativas debido a su efecto diurético.
Ayuda a aliviar los dolores reumáticos y articulares ya que en estas afecciones siempre existe una acidificación de la sangre.
¡Así que, a incorporarlo en el menú! … Si, ya se su objeción, no le gusta el olor que despide al cocinarlo. Un truco es hervirlo con la olla destapada, por que cuando se tapa es cuando se concentran los ácidos que huelen mal y se hacen más persistentes. Esto vale también para toda la familia de coles (coliflor, brócoli, etc.)